El cielo tuvo un invitado de lujo esta semana. Durante la madrugada de este viernes 19 de diciembre, el cometa 3I/ATLAS alcanzó su máxima aproximación a la Tierra, marcando un hito científico al ser el tercer objeto interestelar descubierto en la historia de la humanidad.
¿Qué lo hace tan especial?
A diferencia de los cometas comunes, este viajero no nació en nuestro sistema solar. Los científicos estiman que es antiquísimo, con una edad de entre 7,600 y 14,000 millones de años, lo que lo convierte en un "fósil" viviente del universo.
Sin peligro para la humanidad
Aunque la noticia generó revuelo, el paso del cometa fue totalmente seguro. Se mantuvo a una distancia de 274 millones de kilómetros de nosotros. Si bien no fue visible a simple vista, miles de aficionados lo siguieron a través de telescopios y transmisiones en vivo por internet.
La NASA aprovechó el momento
Gerónimo Villanueva, científico planetario de la NASA, explicó que se desplegó una verdadera "red de paparazzi cósmicos" (incluyendo los telescopios James Webb y Hubble) para capturar cada detalle. "Nos abrió una ventana de cómo se forman planetas fuera de nuestro sistema solar", señaló el experto.
El 3I/ATLAS ya continúa su trayectoria alejándose de nosotros, pero deja tras de sí una mina de oro en datos que ayudarán a entender mejor los orígenes del universo.