A pesar de el incremento de contagios por coronavirus, y las disposiciones del gobierno para frenar el avance de esta pandemia, algunas personas viven en otra realidad.

Vecinos denunciaron constantes escándalos a las afueras de una bodega en la residencial Campoy, en el distrito de San Juan de Lurigancho.

En plena emergencia, el dueño del local ha instalado mesas y sillas en los exteriores para que las personas que le compran licor, beban reunidos.

En videos registrados por los residentes, se observa a varios sujetos sentados muy cerca uno del otro, con las mascarillas mal puestas y en algunos casos, tomando bebidas alcohólicas del mismo vaso, incrementando el riesgo de que ellos se contagien del nuevo coronavirus y luego lo propaguen en sus familias y a los lugares que van.

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El propietario del negocio asegura que cuenta con la autorización municipal y que no está vulnerando ninguna normativa. “Tengo mi licencia para despachar y llevar. A veces se quedan, pero son gente decente, no hay bulla”, declaró para 24 Horas.

Además del miedo al contagio, las personas temen ser víctimas de robo y otros delitos por los ebrios. Cuando le reclaman al bodeguero por incentivar a la reunión de gente, lo cual sí está prohibido, el hombre tiene diversas respuestas.

“Es un antro de perdición, esto es una porquería. Trayendo la Covid-19 y otras enfermedades acá”, le reclamó una vecina, a lo que el dueño le respondió “yo no los llamo, ellos vienen”.

La mayoría de vecinos rechazan la presencia de la cantina en la calle, una joven intentó justificarla. “No solo acá está el virus, si no en todos lados. No es correcto (que la gente consuma licor en plena calle), pero el señor vende y si yo vengo a comprar, depende de mí me quedo o no. Si salgo y pongo en peligro a mi familia, depende de mí”, dijo.

Al final del reportaje de 24 Horas buscaron una respuesta de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho, pero no hubo ningún pronunciamiento.