La República.- Las reuniones clandestinas están en el ojo de la tormenta por la escalada de casos del nuevo coronavirus. Este fin de semana, la policía desactivó una fiesta covid organizada por el Día del Padre, en la que participaban más de 500 personas, muchas de ellas menores de edad.

La fiesta celebrada en el Centro de Convenciones ByB, ubicado en la cuadra 19 de la avenida Próceres de la Independencia, fue promovida a través de redes sociales y pudo acabar en una tragedia por la estampida humana que se registró apenas llegaron las autoridades policiales.

En su afán por huir de la justicia, algunos asistentes arremetieron contra los efectivos, lanzándoles botellas y jarras con cerveza; así como otros objetos contundentes.

Al final solo una docena de personas fueron detenidas y puestas a disposición de la comisaría de La Huayrona, donde recibieron la multa por incumplimiento a las medidas.

Estas fiestas ilegales y la concurrencia a bares a puertas cerradas han sido una constante desde el inicio de la pandemia.

Ni la tragedia en la discoteca Thomas Restobar en agosto del 2020, que dejó 13 muertos, pudo frenar estas actividades.

Según el general Jorge Ángulo, jefe de la Región Policial Lima, estas fiestas son publicitadas en las redes sociales.