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miércoles, 25 de setiembre de 2013

El caos del transporte en Lima y en las ciudades del país

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El caos del transporte en Lima y en las ciudades del país

Mensaje Sin plan ni liderazgo, todo va a estar mal
miércoles, 25 de setiembre de 2013 - 35824 vistas
Mientras el Dr. Héctor Sánchez-Pérez, investigador de ECOSUR, México, especialista en Salud Pública y Metodología de la Investigación Biomédica, uno de los responsables del Estudio Horna sobre la tuberculosis, declaraba “si yo viviera en Lima, evitaría usar el transporte público” y, mientras, Discovery Channel presentaba un capítulo dedicado a presentar las ciudades con el peor tránsito del mundo en el que las imágenes y los testimonios daban cuenta del caos en el transporte y el tránsito en Lima, la alcaldesa de la capital, declaraba que ese informe le parecía “estupendo porque está de acuerdo con nosotros y la reforma del transporte. Estamos haciendo por fin una reforma del tránsito. La municipalidad se ha comprado el pleito y los transportistas también”.
 
Hace más de una década que el caos en transporte y en el tránsito ha tocado fondo en todo el país. Si algo requiere una acción concertada entre el Gobierno Nacional y los Gobiernos Locales, es la modernización del transporte, el transito y la vías.
 
El tema es integral pero se presta a enorme confusión, pues, por ejemplo, mientras la alcaldesa de Lima anunciaba la concesión de la continuación de la Vía Expresa del Paseo de la República hacia el sur declaraba que se estaba “modernizando el transporte” en Lima, confundiendo las vías con el transporte.
 
El sistema de transporte está conformado por los vehículos que transitan o se desplazan sobre las vías. Mejorar las vías, se ha demostrado que no resuelve el problema el transporte y tampoco el del tránsito, porque ubicar sobre nuevas vías a las decenas de miles de combis o coaster no resuelve nada; peor aún, amplifica el problema, pues los conductores tendrán vías modernas -como sucede actualmente- para manejar con unidades pequeñas, incómodas, inseguras, etc, usando vías más amplias para ocupar nuevos carriles y para desplazarse a gran velocidad  en la competencia irracional por ganar pasajeros. Construir nuevas vías o mejorarlas sin una acción enérgica y simultánea en la modernización del transporte y el tránsito es una medida que origina más accidentes y más caos, porque, como demuestra la experiencia, los conductores, de manera irresponsable, cuentan con mejores condiciones para acelerar, estacionarse, crear paraderos informales, pagar a “llenadores”, entre otras acciones que elevan a la infinita potencia los problemas del transporte y el tránsito.
 
Hoy, en todo el Perú, las vías rápidas como la Vía Expresa del Paseo de la República y la Panamericana en general, además de la Carretera Central, son usadas de manera irresponsable por los conductores de vehículos que usan los cruceros, los puentes peatonales y cualquier espacio como paraderos informales, ocupando más carriles y propiciando accidentes, embotellamientos y haciendo aún más lento e inseguro el transporte y el tránsito.
 
La solución al caótico sistema del transporte y tránsito en  todas las ciudades del país requiere un liderazgo que tenga claridad sobre los problemas que hay que enfrentar, resultado de más de dos décadas de politiquería en los distintos gobiernos nacionales que no se atrevieron a realizar esta reforma. Es preciso recordar que el grave problema del transporte comienza en los años 90 cuando se “liberaliza” el transporte y se permite que pequeñas unidades –las combis y las coaster que los usuarios y la prensa las calificaron de las “combis de la muerte”- peleen brutalmente por los pasajeros con la algarabía de “liberales” de escritorio que parecían desconocer ciudades como Londres, Madrid o Berlín en las que existen verdaderos sistemas de transporte y no se compite brutalmente por los pasajeros (se compite por ganar la concesión de una ruta). Comienza así lo que en Colombia se calificó como “la guerra del centavo” y que en el Perú fue “la guerra de la china” por la cual los chóferes protagonizaron una cultura violenta –lo que se empezó a denominar la “cultura combi”, como sinónimo de “achoramiento”, violencia, falta de respeto a la vida, suciedad y carencia de límites legales- que llenó de miles de muertos las pistas. Como se sabe el promedio de muertes en las pistas supera a las cuatro por día en el país llegando a la pavorosa cifra que supera los 1500 muertos al año sin considerar los otros miles que quedan inválidos para siempre.
 
La superación de este problema va más allá de las competencias y funciones de los alcaldes provinciales. Es un imperativo llegar a un acuerdo explícito de carácter político y técnico entre el Gobierno Nacional y los Gobiernos Locales. Se requiere coordinación para definir los sistemas, cuantificar recursos, aprobar el tipo de unidades –con precisas características técnicas- que deben circular en las ciudades grandes, medianas y pequeñas del país. Esto implica aprobar un bono de chatarreo que empiece a retirar unidades de las vías y una política que genere nuevos empleos pues el actual perverso sistema que crea un empleo artificial, costoso e inhumano pues hay choferes que comienzan sus jornadas laborales a las 5 horas y terminan entre las 23 y las 24 horas.
 
Tal como se viene haciendo en Lima por el Gobierno Nacional, se debe emprender proyectos de transporte masivo, rápido, seguro, cómodo, eficiente y de alta calidad que desplace definitivamente el sistema de transporte basado en combis, coaster, pequeños autobuses, taxis y mototaxis que causan una severa contaminación ambiental por el uso de petróleo de ínfima calidad, el desgaste de frenos y llantas, entre otros graves inconvenientes para la vida humana; contaminación, asimismo, por ruidos molestos, además de la contaminación paisajista y el severo problema de salud por el contagio de enfermedades como la TBC pues el hacinamiento es permanente.
 
Lima, Arequipa, Cusco, Huancayo, Chimbote, Trujillo, Chiclayo, Piura, Iquitos, Ica y otras ciudades del país requieren de un transporte masivo como el metro, el tren y equivalente al metropolitano.
 
El país por accidentes pierde entre uno y dos puntos del PBI por las muertes y los miles de personas que terminan discapacitadas el resto de su vida, a lo que se suma la destrucción de bienes materiales y la contaminación ambiental.
 
Se requiere soluciones técnicas y campañas de educación en todo el sistema educativo y desde los medios de comunicación para cambiar malas costumbres y hábitos entre los ciudadanos. El Gobierno Nacional, los Gobiernos Locales y la PNP tienen que ponerse de acuerdo para sancionar las faltas, educar a niños, jóvenes y adultos.
 
Los esfuerzos aislados son insuficientes. Se requiere un liderazgo nacional simultáneo a liderazgos locales. Se requiere,  acabar con la corrupción en los Gobiernos Regionales y Locales, que permite que empresas que no cumplen con la ley presten un servicio mortal.
 
Si hay un diálogo para modernizar el país y actuar frente a los graves problemas que nos restan competitividad, que destruyen vidas y el medio ambiente, y ahuyentan a inversionistas y turistas, son dos los temas que están cantados: inseguridad ciudadana como el tema número uno y transporte y tránsito como el segundo.  Tiene que considerarse en el Presupuesto Nacional y en los planes de PROINVERSION recursos suficientes para el bono de chatarreo, promover la concesión de las vías y del servicio de transporte por el sector privado. Todo en forma planificada, que homologue a las ciudades del país sistemas como el Tren Eléctrico y el Metropolitano a las grandes y medianas ciudades del Perú.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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