Un salto de fin de semana:

En un recorrido de fin de semana por el departamento de Huánuco, conocimos los encantos de la madre naturaleza… En esta temporada de crudo invierno en Lima, cuando abrimos la ventana y vemos todo el cielo gris, recuerdo aquel sol abrasador y el cielo azul que cubre las bellas campiñas de mi Huánuco querido. Esta necesidad de vivir y de disfrutar de todo el esplendor de la naturaleza, e ir recorriendo las serpenteantes carreteras que circundan el trayecto desde la casi flemática y húmeda Lima, viaja a Huanuco y cruza las delirantes curvas de Ticlio, maquilladas por mágicos cúmulos de nieve que simulan una cita con el cielo, aunque aún la vemos algo desértica por las extracciones de minerales, y escasos sembríos, pero en su corazón yace, acicalando su interior, las distintas variedades de, minerales que son extraídos, por aquel, minero que convive con el frió, con la naturaleza y con la lejanía de sus seres queridos. El paisaje se va vistiendo así como se va acrecentando la temperatura climática, con amplios sembradíos, custodiados por animales, que van devorando la bendición que la naturaleza les otorga, y desparramadas campiñas te dan la bienvenida, con un abrasador astro sol y llegamos a la calurosa región de Huánuco. Una tenue neblina, se despide de la mañana, y se impone en el excitante cielo azul, tan profundo como el mar, y la alfombra de orquídeas se va deslizando para que ingreses a la cuna del Templo de las Manos Cruzadas, en Cotosh, manos, que han unido a los huanuqueños, para luchar contra la pobreza, y dar una nueva cara a la prosperidad. El recibimiento es tan cálido, que promete ser una experiencia inolvidable, desde ya, las pachamancas sonríen el estómago del aventurero, junto a las bailarinas truchas que desfilan al lado del cuy seductor, casi a palos, pero ahora chactado, delicioso y característico, porque están preparados, con especias y corazón huanuqueño Guanaco Pampa o tierra de guanaco, es la traducción mas acertada al término Huánuco, bautizada en 1543 como Villa Ciudad de León, el 15 de agosto de 1543, siendo ya 465 años de creación, antigua como la pétrea capital del Chinchaisuyo. Y van danzado y festejando junto a los negritos, quienes con su danza van conquistando corazones para invitarlos a unirse a su cofradía, danzado llegamos a la noble plaza de armas, con la catedral y la iglesia San Cristóbal, nos detenemos a apreciar la belleza de la ciudad rodeado de terrenos fértiles, vemos y escuchamos a un cóndor Pasa, es el cóndor de Daniel Alomía Robles, quien se hizo famoso por dar a conocer la belleza de su tierra en las notas que la naturaleza inspiró en su existir. Próspera y siempre sonriente contagiando a todo morador e invitando a adentrarse en sus entrañas, y así llegamos a través de la carretera a Tingo Maria. Con una exuberante vegetación, reducida a cientos de chifles y frutas típicas del lugar extasiados de tanto verdor, aún no salimos de la admiración, ya que los árboles y las matas crecieron y aumentaron majestuosamente, invitándonos a dormir el sueño plácido junto a la “Bella Durmiente”, aunque algo rellenita por la abundancia que la rodea. Y para refrescarse del calor, un delicioso y algo ácido jugo de cocona, para acompañar la exquisita cecina, con plátanos sancochados y yuca tropical. Como descansando el sueño eternos quizá bebamos del beso de La Ninfa para tomar nuevamente el aliento y adentrarnos en el hábitat, en las exóticas áreas que rodean a la Cueva de las Lechuzas, tan misteriosas como las estalactitas que cuelgan como pendientes de las paredes adoradas por el tiempo encantando a toda mirada. Con impresionantes paisajes, que albergan en sus entrañas cientos de ajuelos animadles nocturnos, confundiéndose con los simpáticos vampiros, que viven tantos años como las estalactitas formada y de pronto un elefante, in tigre, la sagrada familia, todos formados por la sabia naturaleza, mas allá se encuentran túneles escarbados por el tiempo, casi profundos, pero si te internas por una hora podrás darte un baño de lodo, recomendado para las afecciones de la piel o simular un baño de belleza así como la reina Cleopatra lo realizaba en el antiguo Egipto, también con líquidos opcionales como la leche de burra virgen. Espejísimas lagunas, que te invitarán como a Narcizo, pero cuidado con caer, caminos, serpenteantes, dulces deliciosos, noches tropicales y cientos de aventuras te esperan en la noble región de Huanuco.

 

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