Una gran sorpresa encontrar a un entrañable amigo, Marco Iván Cabrera solía invitarme a su programa por radio de eso ya hace muchísimo tiempo, ahora ocupando un cargo público en la municipalidad de mi distrito, me invita a conversar sobre acciones culturales y otras ideas.
Tan pronto nos sentamos me dijo: “tengo una sorpresa para ti”, mientras yo le alcanzaba el libro que acabamos de publicar sobre la historia de San Juan de Lurigancho, él coloco una caja sobre la mesa. Hasta ese momento nunca imaginé que al interior de ese empaque de cartón se encontraba un bello un ceramio, al contemplarlo no pude creer lo que veía, mi mente se trasladó al año 1996, cuando en el museo de Puruchuco pude revisar la colección de vasijas de estilo Lima tardío que habían sido halladas en Mangomarca en los años 60.
Después de un breve silencio le dije, “sabes que esta pieza tiene 1500 años de antigüedad”. A pesar de los años se encontraba en perfecto estado, algo salinizada, pero al fin recuperable, por lo que ofrecí financiar el tratamiento de conservación, fue así que me contó que la pieza había sido hallada por unos familiares suyo en la zona de Las Flores, exactamente entre el paradero 5, es decir en las faldas de cerro Observatorio, el cual fue hallado como parte del ajuar de un entierro que comprendía otras vasijas ya perdidas.
Con ese dato por fin puede cuadrar lo que postule cuando determine que una segunda fase del ampliación del canal de riego prehispánico cubría totalmente esta zona y fue durante el periodo que los arqueólogos conocemos como Intermedio Temprano o Desarrollos Regionales, periodo de auge de importantes culturas a nivel nacional, por ejemplo: los Moche y Nazca, por el norte; hacia los Andes, Recuay y en el sur andino, Tiahuanuku.
Los Lima se expande en el valle de Lima aproximadamente desde 300 d.C. Procedentes de la zona norte del departamento logra un gran avance en técnica agrícolas, son perfectos artesanos en la cerámica y construyen enormes edificios públicos. Aunque se reconoce más el uso de pequeños adobes no excluyen el uso de gruesos tapiales, sus obra son monumentales.
Como se puede entender, en el valle del Rímac, los lima tenían dos grandes centros urbanos quizás con funciones teocrática a modo de dos capitales en un mismo ámbito, el primero la ciudadela de Cajamarquilla, situada en la zona baja de la quebrada de Huaycoloro (Huachipa); la segunda, muy próximo al litoral la denominada ciudad de Maranga ámbito donde se ubican, el parque de las leyendas y la universidad Católica y la ciudad universitaria de San Marcos.
Estos centros estuvieron articulados por una red de caminos, en el caso de Huachipa, esta parte de Cajamaquilla cruza la zona de Campoy donde se situaban dos plataformas probablemente de este periodo y entra a la quebrada Canto Grande por Zárate para cruzar por Mangomarca, lugar donde se sitúa el denominado templo viejo y siguiendo su trazo por la actual Av. Lurigancho cruza por los desaparecidos montículos de Potreo Tenorio.
De los lima, en San Juan de Lurigancho hemos encontrado evidencias en la cumbre de los cerros Gallo (Límite de Campoy y Huachipa) y San Jerónimo, Rogger Ravines reporta material alfarero en estratos inferiores del sitio llamado Canto Chico. Por nuestra parte hemos hecho un amplio registro de evidencias que se distribuyen desde la terraza o desnivel que separa Zarate y se amplía hasta la zona de la hacienda Flores, parque zonal Huiracocha y Horizonte, llega hasta su límite oeste hasta las faldas de cerro Observatorio. De esta zona proceden figurinas y vasija que hace referencia a su amplia distribución doméstica en esta parte de la quebrada.
En año 1996, como parte del trabajo de investigación que desarrollamos pude visitar el museo de Puruchuco lugar donde identifique material Lima que procedía de Mangomarca, se trataba de un conjunto de ollas, cantaros y platos vinculados a los hallazgos de Palacios y Guerrero en la zona del Vallecito, al interior del valle (Lurigancho-Chosica) y relacionados a la última etapa de esta cultura, es más, agregaría que la vasija que inspira esta nota también corresponde a esta fase.
Mangomarca inició la construcción del conjunto de plataformas aterrazada (Huaca C) durante este periodo, referencia de su arquitectura primigenia no la detalla Julio C. Tello quien visita el lugar en 1920:
“Todo el edificio está construido mediante el agregado de edificios que primero se elevan sobre el nivel del suelo y, después, por edificios que se elevan sobre terrazas o plataformas, formadas mediante el relleno o destrucción de los edificios anteriores, y protegidos por gruesos muros de contención. Algunas excavaciones y derrumbes que ofrece este edificio, por el lado O, permiten ver que los edificios interiores, cegados, han sido construidos con adobitos rectangulares, o mejor, que han tenido paredes o muros formados con estos adobitos...lo cual pone de manifiesto una superposición de dos estilos arquitectónicos, correspondientes a periodos diferentes” (Tello 1999: 59).
Fragmentos de vasijas lima los hemos hallado en los cerros circundantes y en la misma cumbre de cerro Colorado, demostrando el reconocimiento de este espacio como santuario de las poblaciones antiguas. No cabe duda que los lima tuvieron un gran impacto en la quebrada, transformaron y consolidaron el paisaje al establecer y mejorar la red de acequias que posteriormente fueron ampliadas por los Lurigancho para finalmente conformar los límites productivos de las haciendas que operan desde la colonia hasta hace 50 años atrás.