San Juan de Lurigancho (SJL), el distrito más poblado del Perú con más de 1.2 millones de habitantes, enfrenta una crisis hídrica que pone en riesgo la calidad de vida de su población. A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, el acceso al agua potable sigue siendo un problema persistente, especialmente en las zonas altas y los asentamientos humanos. La situación se ha agravado debido al crecimiento urbano desordenado, la sobreexplotación de los recursos hídricos y los efectos del cambio climático.
La deficiente infraestructura de distribución de agua sigue siendo uno de los principales problemas en SJL. Según datos recientes de Sedapal, alrededor del 20% de la población del distrito no cuenta con conexión formal a la red de agua potable, dependiendo de camiones cisterna, pozos informales o manantiales. Este servicio irregular encarece el costo del agua y la vuelve inaccesible para las familias de bajos recursos. Además, en las zonas que sí cuentan con conexión a la red pública, el suministro es intermitente, con cortes frecuentes que pueden durar horas o incluso días. Esto obliga a los vecinos a almacenar agua en tanques, lo que, en muchos casos, genera problemas de salubridad debido a la falta de mantenimiento adecuado de estos recipientes.
El crecimiento acelerado y desordenado de SJL ha incrementado la demanda de agua, superando la capacidad de abastecimiento de Sedapal. La sobreexplotación de los acuíferos en la zona ha provocado un descenso significativo en los niveles de agua subteránea, lo que pone en riesgo la sostenibilidad del recurso a largo plazo. A esto se suma la falta de planificación urbana, que ha permitido la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo, como laderas de cerros y áreas cercanas a fuentes de agua, lo que dificulta aún más la implementación de infraestructura de agua y saneamiento.
El río Rímac, principal fuente de abastecimiento de agua para Lima, atraviesa SJL en un estado altamente contaminado debido a los vertimientos industriales, mineros y domésticos. A pesar de los esfuerzos recientes del gobierno para reducir la contaminación del río, como la implementación de plantas de tratamiento de aguas residuales, el problema persiste. Además, la falta de un sistema eficiente de saneamiento en muchas zonas de SJL contribuye a la proliferación de enfermedades relacionadas con el consumo de agua no tratada, como la diarrea, el cólera y la hepatitis A. Según el Ministerio de Salud, estas enfermedades siguen siendo una causa importante de morbilidad en el distrito, especialmente entre los niños y adultos mayores.
En los últimos años, se han impulsado diversas iniciativas para enfrentar la crisis hídrica en SJL. Entre ellas destacan proyectos de ampliación de redes de agua y saneamiento, con Sedapal liderando obras para conectar a más hogares a la red de agua potable y mejorar la infraestructura existente. Sin embargo, estos proyectos avanzan lentamente debido a limitaciones presupuestarias y problemas de gestión. También se han implementado programas de concientización sobre el uso responsable del agua y la importancia de pagar por el servicio, así como iniciativas de reciclaje de agua promovidas por organizaciones comunitarias y ONGs. Asimismo, se han iniciado proyectos de reforestación en las zonas altas de SJL, con el objetivo de recuperar los suelos y mejorar la infiltración de agua hacia los acuíferos.
El cambio climático ha agravado la crisis hídrica en SJL. La disminución de las precipitaciones en la sierra central, donde se originan los ríos que abastecen a Lima, ha reducido el caudal del río Rímac. Esto, sumado al derretimiento acelerado de los glaciares andinos, que actúan como reservas naturales de agua, ha generado una mayor incertidumbre sobre la disponibilidad del recurso en el futuro.
El acceso al agua en San Juan de Lurigancho sigue siendo un desafío urgente que requiere la atención de las autoridades, la comunidad y los actores privados. Sin una mejor infraestructura, planificación urbana y gestión sostenible del recurso, la crisis hídrica podría empeorar en los próximos años, afectando aún más a la población. Es fundamental priorizar la inversión en proyectos de agua y saneamiento, fortalecer la gobernanza del recurso hídrico y promover prácticas de uso eficiente del agua. Solo con un enfoque integral y el compromiso de todos los sectores se podrá garantizar el acceso equitativo y sostenible al agua para las futuras generaciones de San Juan de Lurigancho.
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