Derrame de petróleo llega a las costas del sur de EE. UU.
El derrame de crudo en el golfo de México llegó a las costas de Luisiana (sur) y amenaza con convertirse en una de las peores catástrofes ecológicas de Estados Unidos.
viernes, 30 de abril de 2010 - 15535 vistas
El derrame de crudo en el golfo de México llegó a las costas de Luisiana (sur) y amenaza con convertirse en una de las peores catástrofes ecológicas de Estados Unidos.
Billy Nungesser, presidente de la región de Plaquemines, en Luisiana, aseveró que la marea negra, originada por el hundimiento de una plataforma de la empresa BP, el 22 de abril, alcanzó, la noche del jueves, la costa, cerca de la desembocadura del río Misisipi.
La mancha, de una circunferencia total de 960 km, no tardó en llegar a las orillas y amenaza su frágil ecosistema, pese a los esfuerzos para impedirlo de la Guardia Costera y la petrolera British Petroleum (BP).
Los gobernadores de Luisiana y del vecino estado de Florida declararon el estado de emergencia y el presidente estadounidense, Barack Obama, ofreció “todos los recursos disponibles”, incluyendo los militares, para evitar una catástrofe ambiental.
Las ciénagas costeras de Luisiana constituyen un santuario de fauna, particularmente de aves acuáticas, y las costas de Florida albergan una enorme industria pesquera y turística.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, pidió desplegar 6.000 reservistas de la Guardia Nacional.
Declaratoria. El derrame fue declarado catástrofe “de importancia nacional”, lo cual pone recursos federales al servicio de la emergencia. El anuncio fue precedido por el hallazgo de otra fuga que vierte más de 5.000 barriles (800.000 litros) por día, según Washington.
David Axelrod, asesor del presidente Obama, subrayó que “ninguna nueva perforación ha sido autorizada y ninguna lo será hasta tanto no se determine qué fue lo que pasó (en la plataforma) y saber si se trata de un hecho excepcional o de algo que pudo evitarse”.
Obama sorprendió a sus seguidores al anunciar en marzo el fin de una moratoria sobre la explotación petrolera en el mar, con la esperanza de ganar más apoyos a una ley de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El mandatario dijo en un discurso que seguía pensando “que la producción petrolera estadounidense desempeña un papel importante en nuestra estrategia de seguridad energética, pero siempre debería ser responsable por la seguridad de los empleados (del sector) y de la protección del ambiente”.
Por su parte, BP dijo que asume “toda la responsabilidad por la marea negra y la limpieza”.
Mientras tanto, el grupo estadounidense de servicios petroleros Halliburton defendió el trabajo que realizó en la plataforma petrolera, explotada por BP, de la que era uno de sus proveedores.
La agencia de evaluación financiera Fitch Ratings estima que la limpieza de la marea negra costaría entre $2.000 y 3.000 millones.
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