El cuento de la alameda
A casi un año de la culminación del bypass de 28 de Julio no hay rastros de la alameda que se iba a hacer ahí y que uniría el Campo de Marte con el Parque de la Exposición. Del verde que prometió el alcalde Luis Castañeda no hay ni siquiera una flor y la zona ahora no sólo es antiestética, sino peligrosa para quienes transitan por ahí.
martes, 28 de febrero de 2017 - 1946 vistas
larepublica.pe.- Desde lo alto del edificio Jorge Chávez, ubicado en la esquina de la avenida 28 de Julio con Garcilaso, el vecino Dante Alemán mira con molestia la zona de obras donde debería estar la alameda que complementaría el bypass construido en el lugar y que –según lo prometido por al alcalde limeño Luis Castañeda– sería un pulmón verde para quien pasara por ahí.
–Como ves, nada de eso existe. La alameda prometida es pura tierra– dice apoyado en una ventana de su edificio.
Hoy ese bulevar anunciado por la Municipalidad de Lima a lo largo de dos cuadras de la avenida 28 de Julio –entre las avenidas Petit Thouars y Salaverry– es un terreno cercado con vallas de madera donde no hay nada. Los paneles del cerco tienen pintadas "Nueva Alameda y bypass 28 de Julio" e imágenes sobre cómo sería ese bulevar. Pero nada se ha avanzado en dos años.
Quien vaya caminando por la avenida Garcilaso (ex Wilson) llegue a la avenida 28 de julio y quiera pasar a la vereda de enfrente, no podrá hacerlo. El cerco de la futura alameda se lo impide. Tendrá que caminar hasta la esquina de jirón Washington o, en sentido contrario, hasta la altura de Petit Thouars y recién podrá encontrar los pasajes habilitados para atravesar.
Dante Alemán, miembro de la junta directiva de su edificio, cuenta que en horas de la noche esos estrechos pasajes por donde pasa la gente se han convertido en letrinas públicas y también en zonas peligrosas donde cualquiera puede ser asaltado. Por la madrugada, el lugar es solitario y, sumado a la falta de iluminación, atrae a mucha gente de malvivir.
–Vivimos aquí hace años y, lejos de mejorar con las obras, todo ha empeorado– dice.
Otro vecino del edificio, Jean Carlo Sedano, llama la atención acerca del costo que involucra tener dos generadores de gran tamaño funcionando todo el tiempo en el campamento que se levantó donde hoy debería estar la alameda. Dice que el alquiler de esos equipos fácilmente puede bordear los 40 mil soles al mes.
–Yo he trabajado en obras licitadas.
Alquilábamos esos equipos para soldar puentes y son bastante costosos.
También comenta que durante el día no se siente el ruido que hacen esos generadores, pero durante la noche sí. Es como si pasara un río, dice. Eso es una molestia, sobre todo para los vecinos que viven enfrente del campamento.
Obra inconclusa
Cuando la Municipalidad de Lima anunció el 2015 la construcción del bypass de 28 de Julio, también se prometió la construcción de una alameda en la parte superior que integraría el Parque de la Exposición con el Campo de Marte y que, ademas, iba a tener 8,500 metros cuadrados de nuevas áreas verdes.
"En la Alameda se colocarán árboles, arbustos, plantas y un aproximado de 15 mil unidades de vegetación, lo que la convertirá en un nuevo pulmón verde de la ciudad y espacio de encuentro para los vecinos", decía una nota de prensa de la Municipalidad de Lima en mayo de 2015.
Con ello pretendían contrarrestar las protestas de vecinos, población y especialistas, contra el bypass y las decenas de árboles que fueron erradicados para poder hacerlo. El bypass se culminó y fue abierto al tránsito en abril de 2016, mientras que la alameda no avanzó nunca. Se trata de una sola obra: "Plaza Nueva y Paso Inferior 28 de Julio", que debieron entregarse al mismo tiempo. No ha sido así.
El arquitecto de la PUCP Juan Carlos Zapata señala que el diseño original de la alameda costó 250 mil dólares y lo hizo una empresa española. Pero luego, en algún momento de 2016, la propia Municipalidad de Lima anunció que a ese diseño inicial se le agregaba una pasarela elevada.
Esa adenda al bulevar de 28 de Julio fue objetada por vecinos y especialistas por tratarse de una zona monumental. La municipalidad acudió al ministerio de Cultura a fin de pedir autorización para esa pasarela. Al final, el proyecto no avanzó en ese ministerio –probablemente porque alteraba la perspectiva visual de una zona histórica de Lima– y en julio de 2016 la municipalidad desistió de su pedido.
El concejo hizo el mismo pedido –que se le permitiera hacer la pasarela elevada– ante el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Pero allí les pidieron una nueva Declaración de Impacto Ambiental (DIA). La Municipalidad de Lima presentó la modificación solicitada, pero el MTC respondió en setiembre pasado con un documento donde les hace 51 observaciones que deben ser levantadas. Hasta el momento la municipalidad no ha respondido.
–En síntesis, el bypass no funciona y la alameda no tiene verde. Se ha gastado plata en algo que no le agrega nada a la zona ni a la ciudad– dice el arquitecto Zapata.
El regidor opositor Hernán Núñez señala por su parte que debería conocerse el cronograma que se pactó con la empresa contratista para saber cuándo estuvo programada la entrega de la alameda y ver las sanciones por la demora.
–Hemos preguntado en el concejo sobre el cronograma, pero no hay respuesta– dice.
También explica que si ya se había hecho toda la obra del bypass, la alameda era la parte más sencilla de ejecutar. Por la línea telefónica nos dice: "Se anunció hace dos años, pero hasta ahora no hay ni una flor. Si ya de por sí la zona no funciona para el tránsito de autos, ahora también es una calamidad para los peatones".
Vecinos indignados
Del lado de la avenida Arequipa, la señora Vicky Nolasco, vecina del edificio Angélica, cuenta que nunca se consultó a los vecinos sobre el bypass y las obras que se han hecho en el entorno. Se queja por ejemplo de que el parque Bélgica fue recortado, perdió áreas verdes y se perjudicó el acceso de los vecinos a sus cocheras en la parte de República de Chile. Sobre la alameda inconclusa dice lo que muchos vecinos: ese cerco sembrado ahí en medio de la intersección de las avenidas 28 de Julio, Garcilaso, Arequipa y República de Chile, les ha alterado la rutina.
–Ahora los colectivos hacen paraderos donde quieren y toda la zona luce descuidada.
Otro vecino de su edificio, Ricardo Valdera, comenta que esta zona nunca fue una intersección muy congestionada y que ahora, con el bypass y la alameda abandonada, se ha perdido la fluidez y la continuidad visual que tenía la avenida Arequipa con la avenida Garcilaso (ex Wilson).
–Esto era una zona bonita, ahora hay que darse toda la vuelta para pasar de una vereda a la de enfrente.
Cuenta al respecto que muchos de los estudiantes de los institutos cercanos prefieren pasar por la estrecha berma que hay en la parte de abajo del bypass que darse toda la vuelta. Eso es porque ahora en el lugar no hay facilidades para la circulación de los peatones.
Un ejemplo: si uno intenta cruzar a la altura de Petit Thouars con dirección al Parque de la Exposición corre peligro: en cuanto el semáforo detiene a los vehículos que van por 28 de Julio, avanzan los de Petit Thouars y voltean en esta avenida justo cuando los peatones deben cruzar. La gente debe esperar largos minutos para que haya un espacio sin carros o cruzar sorteando a los vehículos que avanzan.
La alameda, además, tendrá muros ondulantes y zonas para cruzar por ella. Es decir que en algunas partes tendrá muros altos que taparán la perspectiva de la acera de enfrente. También se aumentó un carril a 28 de Julio, con lo que ha disminuido el área de la alameda. El llamado Parque Nuevo es hoy un lugar olvidado en vez de ser "un pulmón verde y espacio de encuentro para los vecinos", como prometió el alcalde hace dos años.
Por: Raúl Mendoza para larepublica.pe
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