Katrina deja muerte, destrucción y caos en EEUU
Alrededor de 23.000 refugiados varados en un estadio gigante en Nueva Orleans, Lousiana, tras el huracán Katrina que dejó a la ciudad bajo el agua serán cobijados en Houston, Texas.
miércoles, 31 de agosto de 2005 - 1121 vistas
Alrededor de 23.000 refugiados varados en un estadio gigante en Nueva Orleans, Lousiana, tras el huracán Katrina que dejó a la ciudad bajo el agua serán cobijados en Houston, Texas, dijo el miércoles el gobernador Rick Perry.
Perry afirmó en una rueda de prensa que los refugiados serán ubicados en un estadio de Houston después de recibir un pedido de ayuda de la gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco.
El gobernador agregó que esperaba que los refugiados lleguen a Houston, que se encuentra a cerca de 550 kilómetros de distancia de Nueva Orleans, durante las próximas 24 horas, a bordo de 500 vehículos de funcionarios federeales.
En Nueva Orleans, los ingenieros trataban de frenar la filtración de un dique que dejó que el agua de un lago inundara la ciudad dos días después del paso del poderoso huracán Katrina por la costa del Golfo estadounidense.
Las personas que permanecen aisladas debido a la inundación están quedándose sin alimentos y sin agua para beber, mientras crece la desesperación.
"Hemos enviado vehículos. Las cargaremos (a las personas varadas por la inundación) en botes, helicópteros, cualquier cosa que sea necesaria," dijo Blanco a la cadena noticiosa ABC.
El Departamento de Energía de Estados Unidos dijo que podría liberar petróleo de la reserva estratégica del país para compensar las pérdidas en el Golfo de México, donde la tormenta cortó la producción elevando, a su vez, los precios.
Katrina golpeó Louisiana el lunes con vientos de unos 224 kilómetros por hora, al igual que en las costas de las vecina Mississippi, Alabama y el oeste de Florida.
Una oleada de 10 metros barrió el 90 por ciento de los edificios a lo largo de la costa en Biloxi y Gulfport, en Mississippi, dejando una escena de destrucción que el gobernador de ese estado, Haley Barbour, dijo que era como "si se hubiera disparado un arma nuclear."
En Mississippi, funcionarios confirmaron que al menos 110 personas murieron por la tormenta, una cifra que probablemente se elevará.
"Son sólo estimaciones, pero el número podría duplicarse o triplicarse," dijo un director de defensa civil a un periódico de Jackson, Mississippi.
En tanto, el portavoz de la ciudad de Biloxi, en el mismo estado, Vincent Creel, explicó a Reuters que la cifra de fallecidos "será de cientos."
La senadora estadounidense Mary Landrieu informó a periodistas que escuchó que al menos entre 50 y 100 personas murieron en Nueva Orleans, donde cuerpos de rescate estaban tan ocupados sacando personas de sus hogares inundados que tuvieron que dejar cadáveres flotando en las aguas.
Un millón de personas huyó antes de la llegada de Katrina, pero el ex alcalde Sidney Barthelemy estimó que cerca de 80.000 permanecían atrapadas en la inundación e instó al presidente estadouinidense George W. Bush a enviar más tropas.
"Debemos enviar al ejército para que frene esto o perderemos Nueva Orleans y perdermos a 80.000 personas," dijo Barthelemy a la cadena noticiosa CNN. "Si podemos gastar el dinero que estamos gastando para ayudar a las personas de Irak, podemos hacer lo mismo por Nueva Orleans," agregó.
El ejército estadounidense estaba enviando un barco hospital y dos helicópteros para asistir a otras dos embarcaciones de la marina que ya se encuentran realizando tareas de rescate en el área. Los gobernadores de los Estados afectados movilizaron 8.000 tropas de la Guardia Nacional.
Escenas de saqueos salvajes aparecieron por toda la ciudad cuando la gente invadía las tiendas para conseguir comida, aunque también se llevaban televisores, joyas, ropa y computadoras.
En algunas zonas, ciudadanos armados tomaron las calles para tratar de restablecer el orden. En los lugares que todavía estaban secos, los dueños de las tiendas se sentaban enfrente de sus negocios, con armas en la mano.
Uno puso un cartel que decía: "Tú saqueas, yo disparo." Los responsables de Louisiana dijeron que fueron rescatadas 3.000 personas, pero muchas más estaban esperando ser recogidas por botes que recorren las calles anegadas o por helicópteros.
"Estoy viva, estoy viva," gritaba una mujer mientras era transportada desde una casa casi hundida bajo las aguas.
CUERPOS FLOTANDO
Los equipos de rescate, ocupados en salvar a las personas, dejaron cuerpos flotando en las aguas.
En tanto, lo saqueos se sucedían en la ciudad.
"Hay mucho caos ahora," dijo a Reuters el director de la policía del Estado de Lousiana, H.L. Whitehorn.
Al principio, parecía que la tormenta iba a golpear de costado a Nueva Orleans, pero las enfurecidas aguas del lago Pontchartrain provocaron agujeros en el sistema de diques que protegen la ciudad, que se extiende bajo el nivel del mar, y a partir de allí sus calles se fueron inundando lentamente.
El alcalde, Ray Nagin, dijo que el 80 por ciento de la ciudad estaba cubierta por el agua, y que en algunas partes alcanzaba una profundidad de 6 metros.
El Cuerpo de Ingenieros del ejército de Estados Unidos y trabajadores de los diques locales no lograron el martes contener el agua que caía desde una grieta de 60 metros ubicada cerca del centro de la ciudad con 1.360 kilogramos de bolsas de arena llevadas allí con un helicóptero.
"La Guardia Nacional arrojó bolsas de arena contra la grieta, pero es como tirarlas en un agujero negro," dijo Blanco.
El ingeniero militar Al Naomi dijo que en 36 horas, el lago, que creció rápidamente por la tormenta, debe volver a niveles normales y el agua que ahora inunda Nueva Orleans debería empezar a escurrir.
El ingeniero dijo que el histórico barrio francés, principal atracción de la industria turística de Nueva Orleans, debería tener una inundación menor debido a que está asentado un metro y medio por encima del nivel del mar.
Pero Nagim estimó que pasarán entre 12 y 16 semanas hasta que las personas puedan regresar a sus hogares. El agua cortó la electricidad, contaminó el agua de beber e impidió la circulación en la mayor parte de las autopistas de Nueva Orleans.
Antes de golpear la costa del Golfo de México, Katrina entró en Florida y mató a siete personas. Además, dejó sin electricidad a unos 2,3 millones de clientes, o unas 5 millones de personas, en Louisiana, Mississippi, Alabama y Florida, según las compañías prestadoras del servicio.
El huracán obligó a la interrupción de la producción de gas y petróleo del Golfo de México, donde se genera el 20 por ciento del bombeo energético de Estados Unidos.
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