Trabajadores municipales y Santo Patrón fueron puestos en la calle en su día
Alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos José Burgos Horna y los trabajadores municipales organizados en tensas relaciones.
miércoles, 7 de noviembre de 2007 - 1221 vistas
Sí había que buscar alguna oportunidad para hacer notar las tensas relaciones entre el alcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos José Burgos Horna, y los trabajadores municipales organizados en los sindicatos de obreros y empleados, el 5 de noviembre, Día del Trabajador Municipal, fue el mejor día. ¿Qué pasó?
Primer desaire
Los miembros de las comisiones de obreros y empleados, encargados de los preparativos para realizar los actos que resaltarían el Día del Trabajador Municipal, informaron a colegas que el alcalde habría manifestado desconocer las actividades programadas.
Al parecer, “la eficiente comunicación” entre el alcalde y sus funcionarios no funcionó. Hace un mes que las comunicaciones e invitaciones con la programación han estado circulando y no es posible que el Alcalde Burgos diga no saber nada, manifestaron los trabajadores ediles.
La tradición municipal por el 5 de noviembre no fue respetada, el ‘desconocimiento’ de tan importante acontecimiento por parte del Alcalde y sus funcionarios faltó el respeto a la venerada imagen del Santo Patrón San Martín de Porres, pues no se permitió que sea vestido y sus andas adornadas dentro del local municipal, como todos los años.
Incluso, en peores situaciones de gobierno los alcaldes de turno han respetado al Santo y la tradición municipal, sobre todo a los trabajadores. Se le tuvo que vestir en la calle, en la pista continúa, cerca de la pared que alguna vez treparon los regidores de esta gestión para ingresar a una sesión de concejo convocada por el alcalde Burgos meses atrás.
Otra de las consecuencias del ‘olvido’ fue que la misa se realizó en plena vía pública. Los trabajadores no podían ocultar su malestar y los reclamos no se hicieron esperar, incluso el Reverendo Padre que ofició la eucaristía no se calló y expresó su incomodidad.
Segundo desaire
Ni siquiera hubo una muestra de reivindicación de parte del Alcalde y sus funcionarios por el ‘olvido’ del Día del Trabajador Municipal, pues el almuerzo que se brindó tuvo que ser exigido por la Comisión de trabajadores.
Ante el reclamo, la autoridad municipal no tuvo mejor idea que llevarlos al ex local de la Universidad Federico Villarreal, en Canto Rey. Terreno abandonado y convertido en un terral, donde no existe condiciones adecuadas para realizar esta clase de actividades, pues no hay baños, ni agua, ni puertas.
A lo único que atinaron los funcionarios fue a instalar un solo toldo para protegerse del fuerte sol que apareció en el cielo del distrito; mientras los trabajadores municipales soportaban el sol y el polvo.
Al almuerzo tampoco acudió el alcalde Carlos Burgos, quien parecer prefirió no asomarse para no empolvarse los zapatos y evitar las críticas por su ‘olvido’.
Fuera de juego
Está probado que lo único que ha logrado imponer la autoridad municipal en 11 meses de gestión es su autoritarismo y un grupo de funcionarios contratados que, felizmente, diversas instancias de control del estado ya viene investigando.
Los trabajadores organizados en sus sindicatos oportunamente expresaron sus opiniones con respecto a la gestión municipal, por eso es que la gran mayoría se encuentra realizando labores ajenas a sus verdaderas capacidades, lejos de las operaciones administrativas. El control de la municipalidad está en manos de gente foránea, recomendados políticos, sino pregúntenle a Marco Parra, actual Teniente Alcalde de Lima Metropolitana ¿Qué les parece?
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