Tragico fin de una familia de SJL
La Policía encontró en dos zonas de San Juan de Lurigancho los cadáveres de la esposa y los dos menores hijos del obrero
viernes, 31 de agosto de 2007 - 2170 vistas
La peor de las sospechas finalmente se confirmó la madrugada de ayer, y pasó lo que nadie hubiera deseado. La Policía encontró en dos zonas de San Juan de Lurigancho los cadáveres de la esposa y los dos menores hijos del obrero Oliverio Muñoz Becerra, quien se suicido el miércoles, en lo alto de un cerro, jurisdicción de Zárate.
Oliverio había dejado una extensa carta en la que confesaba los crímenes, terrible preámbulo de su propia muerte.
El hombre de 35 años apareció envenenado en el cerro Palomares. Pero el drama no concluía ahí, recién empezaba.
Primera víctimaInvestigaciones preliminares indican que fue la madrugada del domingo cuando el obrero se deshizo de Teófila Rojas Alfaro, de 43 años, con quien estaba separado desde hace cuatro meses.
El cadáver yacía debajo de una cama, en el lote 8 de la Mza 'D'. del AH Santa Rosita Milagrosa. Teófila --según la PNP-- fue golpeada y asfixiada con una almohada.
Sus hijos mayores Carmen Rosa, Nerio y Gonzalo López Rojas, la hallaron muerta al ir a buscarla a su rústica casa, tras enterarse del suicidio de Oliverio.
La puerta estaba cerrada con candado desde la mañana del domingo. Cuando entraron descubrieron el horror.
Los pequeñosLas autoridades acudieron luego al cuarto que Oliverio había alquilado en la calle Las Micas, urbanización Las Flores.
Allí encontraron otra escena de horror. Los hijos menores del obrero yacían sin vida sobre una cama.
Los exámenes forenses dan cuenta que los pequeños José María y Zaraí, de 8 y 3 años, fueron asesinados el martes último del mismo modo que su progenitora.
Quizá, atormentado por los remordimientos, la mañana siguiente Oliverio subió a la cima del cerro Palomares y tomó la drástica decisión con la que epilogó la macabra secuencia de hechos iniciada tres días antes en la casa de su esposa.
No aceptó el divorcioOliverio y Teófila estaban separados. "Él era un hombre con problemas, celoso, muy posesivo", aseguró Gonzalo, hijo concebido por la mujer en un anterior compromiso.
"Mi madre estaba harta, le pidió el divorcio varias veces en vano...", añadió mortificado Gonzalo.
Peritos de la División de Criminalística informaron que el autor de la matanza, en su carta de despedida, culpó a Teófila por una supuesta infidelidad conyugal.
Incluso escribió el nombre del supuesto amante y añadió la frase. "si no eres mía, jamás serás de él".
Sin recursosAYUDA. Los familiares de las víctimas solicitan apoyo para poder dar cristiana sepultura a Teófila y sus hijos José María y Zaraí.
MORGUE. Hasta anoche los restos permanecían en la morgue por falta de recursos económicos. "No tenemos dinero", dijo Gonzalo.
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