El centro ecológico hecho por mujeres en San Juan de Lurigancho
Los vecinos del Asentamiento Humano Cruz de Motupe en San Juan de Lurigancho decidieron enfrentar el problema que tenían al frente: toneladas de basura se depositaban en un complejo deportivo porque el servicio de la municipalidad no llegaba.
martes, 26 de junio de 2018 - 18790 vistas
mqt.pe.- Hace 26 años, los vecinos del Asentamiento Humano Cruz de Motupe en San Juan de Lurigancho decidieron enfrentar el problema que tenían al frente: toneladas de basura se depositaban en un complejo deportivo porque el servicio de la municipalidad no llegaba. Ayudados por la parroquia y unos misioneros alemanes, la Asociación de Trabajadores de Lombricultura 1º de Mayo decidió crear, en 1991, el Centro Ecológico “La Lombriz Feliz”.
Desde entonces, una decena de mujeres trabaja en la recolección de residuos orgánicos con más de 300 familias. Con ese material, realizan el compost y luego se lo dan a las lombrices para que lo conviertan en humus, un fertilizante orgánico altamente nutritivo para las plantas.
Mary Nieto Jauregui, fundadora de este centro, recuerda que el Asentamiento Humano “era una zona olvidada, eran invasiones, sin luz, sin agua, sin servicios de transporte, el municipio no llegaba a recoger la basura, todos tiraban allí porque no había dónde. Por eso nace la necesidad de darle una solución”, explica.
Nieto llegó a Lima desde Cajamarca en 1988 con 24 años. Buscaba un terreno donde vivir y la zona no estaba tan poblada en ese entonces. Antes de ser dirigente de la asociación, Mary trabajaba en una cafetería y reconoce que jamás se imaginó haciendo la labor que actualmente realiza con “La Lombriz Feliz”, a la que está dedicada de manera exclusiva desde hace tres años.
“Nunca había trabajado en el área, pero me interesó y me he ido capacitando poco a poco en temas como saneamiento ambiental, manejo de recursos naturales y su impacto en lo que es el medio ambiente, el compostaje y diferentes actividades que nos han permitido ir innovando en la institución y actualizarnos para cerrar el círculo biológico con las crianzas y las producciones que hacemos”, señala Nieto, ya que el centro ecológico también se dedica a la crianza de animales, que se alimentan de lo que se produce ahí mismo.
Son once personas las que trabajan con esta mujer emprendedora. Al principio, cuenta, fue difícil porque ponían en riesgo su salud y todo era voluntario. Luego se constituyeron como empresa, pero poco a poco fueron abarcando más actividades hasta que en el 2000 decidieron ser una organización civil sin fines de lucro dedicada a promover la cultura ambiental.
“Ahora ejecutamos proyectos para comprometer a toda la población en actividades ambientales, como el manejo de residuos, la importancia de las áreas verdes, los cultivos orgánicos en las viviendas, la elaboración de productos orgánicos en el domicilio y el recojo selectivo de residuos”, explica.
Nieto resalta el trabajo femenino en estos temas.
“Me ha gustado mucho estar abierta a cosas nuevas, ha sido importante para nosotras. Éramos ( y somos) mayoritariamente mujeres las que sacamos adelante esto, porque la mujer es más arriesgada, la que tiene más apertura a estas cosas y es más perseverante en lo que hace. Eso ayuda mucho”, señala.
Con el tiempo, para Mary queda claro que lo que botamos a diario los limeños no debería ser considerado estrictamente como “basura”, sino que ahí hay materia prima para un desarrollo sostenible, combinando los tres ejes: económico, social y ambiental. Prueba de la enseñanza que ha dejado en su comunidad es que ahora, a pesar de que la municipalidad ya llega a recoger la basura a las casas, muchas familias siguen yendo a la planta a dejar sus residuos clasificados. Los niños dicen que le están llevando comida para que la lombriz siga feliz.
Jorge Paucar
Periodista. Escribe en LaMula.pe
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