Intervienen a madre de 'La Gata' intentando pasar celular al penal de mujeres
Sandra Padilla Guillén (40) iba a entregar teléfono móvil a Shiley Silva Padilla, la joven de 22 años que el año pasado mató a dos hombres en una misma noche, en San Juan de Lurigancho.
domingo, 11 de marzo de 2018 - 3523 vistas
larepublica.pe.- Durante el control de rutina realizado en el penal Anexo de Mujeres de Chorrillos fue intervenida esta mañana Sandra Guisella Padilla Guillén (40), cuando pretendía ingresar un celular aprovechando la visita femenina. La mujer es madre de la interna Shirley Leslie Silva Padilla (a) La Gata o La Jefa, quien en octubre del año pasado cobró notoriedad al matar, en una misma noche, a dos hombres, en San Juan de Lurigancho.
Guisella llevaba una bolsa con ropa y en su interior se encontró un celular LG color negro y plateado, con batería y chip.
Al ser interrogada confesó que pretendía visitar a su hija, quien se encuentra en calidad de procesada por delito de homicidio.
Jeny Ramos, director de ese centro de reclusión, indicó que se está trabajando con la finalidad de mantener alerta al personal de seguridad y evitar el ingreso de artículos y sustancias prohibidas.
Como se recuerda 'La Gata' o 'La Jefa', de 22 años, confesó cuando la detuvieron que por razones que ella misma señalaba no entender, asesinó a balazos al dueño de un chifa “porque no le gustó el arroz chaufa” que le sirvió.
Narró también que antes había asesinado a un muchacho que la acosó cuando bebía licor en la vía pública.
La joven fue detenida en un hotel, tras ser delatada por su acompañante Francisco Alhuay Carrillo (30), testigo de ambos homicidios.
En el primer crimen, ella y Alhuay se encontraban en la calle cuando se cruzaron con el disc-jockey Diego Allens Marticorena Chombo.
"Le metí un 'plomazo' sin ver... de allí disparé un tiro al aire para que me dieran cien soles", confesó entonces la asesina.
Luego se dirigió al chifa 'Alexandra', ubicado en la Av. Santa Rosa. Fredy Marcas Elías salió a recriminarle, luego de que un empleado se quejara de ella porque no quiso pagar los dos platos de arroz chaufa que había pedido.
"No me dieron pollo, quería que le pague y cerraron la puerta con llave. Le apunté pero no vi cuando le disparé. Luego nos fuimos a tomar a un bar y de allí ya no recuerdo nada", dijo Shirley. Hoy su situación legal se habría perjudicado, aún más.
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