Así grité los goles de Perú esta mañana
Pero más allá de esos resultados frente a daneses y galos, y a australianos, quiero referirme al contenido intrínseco de nuestra participación.
martes, 26 de junio de 2018 - 1405 vistas
Escribe:
Edmundo Panay Lazo
Educador, Escritor y Poeta
San Juan de Lurigancho
Una victoria fue el resultado final de nuestra participación en el Mundial de Fútbol de Rusia 2018. Un partido ganado de los tres jugados, un tercer lugar en la etapa de series, dos goles a favor y dos en contra.
No cambia casi nada el panorama participativo de los seleccionados de futbol peruano en los torneos mundiales, esto lo teníamos previsto, por eso no nos atrevimos a hacer pronósticos triunfalistas, no podíamos confundir el deseo con la realidad, habíamos llegado a la final en un proceso de repechaje. La diferencia en relación a los anteriores torneos es que ahora la victoria llegó en la despedida, pero no por eso es un premio consuelo, porque los dos primeros partidos los luchamos, de acuerdo al rival que teníamos en frente y el tercero lo ganamos porque fuimos para adelante, jugamos con más convicción.
Pero más allá de esos resultados frente a daneses y galos, y a australianos, quiero referirme al contenido intrínseco de nuestra participación. Cuando Cachito Ramírez tuvo el atrevimiento de hacerle dos goles en la “Bombonera” a la selección argentina el año 1969, para eliminarla del mundial de Méjico 70, nuestra generación que andaba entre los veinticinco y treinta años, por primera vez supo que significaba y que emociones producía la participación en un torneo mundial, y la continuaríamos sintiendo el 78 con el mundial de Argentina y 1982 con el mundial de España.
De ahí todas las generaciones de peruanos hasta el presente recién han podido sentir la inefable emoción de gritar un gol peruano a pecho abierto, de sentir a su patria ganadora, vencedora de la tierra y de los vientos. Así grité los goles de Perú esta mañana, los grité junto a mi hijo, que ha esperado toda su vida para vivir este momento, para juntos levantar altivos el bicolor peruano, para unir al grito de gol el gentilicio de nuestro nombre patrio. Sé que muchos padres deben haber sentido lo mismo.
Sin embargo eso no es todo, la participación mundialista debe motivarnos una serie de importantes reflexiones, nuestras victorias y nuestras rebeldías no solamente deben de ser deportivas, no solo deben aflorar en las tribunas, de ellas nos ocuparemos en días sucesivos.
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