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domingo, 16 de diciembre de 2012

Paolo Guerrero y la Nación Aliancista

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Paolo Guerrero y la Nación Aliancista

domingo, 16 de diciembre de 2012 - 39714 vistas
Corinthians, el Club de la Nación Corinthiana es Campeón Mundial de Clubes 2012 con dos goles de Paolo Guerrero de Corazón Aliancista. Los dos de cabeza. El primero en la victoria sobre el Campeón de África, el Club egipcio Al Ahly y, en el partido del domingo 16 de julio, sobre el Chelsea, campeón de Europa. Paolo Guerrero no es un cazador de goles, es un guerrero en el área pequeña y los espacios tácticos y estratégicos en los que actúa.
Corinthians y Alianza Lima son dos Clubes que representan a dos Naciones populares en los dos países. La Nación Albipreta de Sao Paulo-Brasil y la Nación Blanquiazul de La Victoria-Lima-Chincha, el mundo afroperuano-indo-mestizo costeño y amazónico porque Alianza Lima es reflejo de esos mundos que ha incorporado al serrano emprendedor que, llegado a la Costa y, especialmente a Lima, asume con Corazón la construcción de una nueva identidad. En las grandes ciudades espacio de confluencia de los peruanos de todas la regiones y raíces étnicas se está forjando una nueva identidad y, con la mezcla incesante de razas de todos los continentes y de todas las latitudes del Perú, una nueva raza peruana.
Alianza Lima es la expresión de uno de los grades factores de la Cultura Peruana, aquella que se está formando en las ciudades en las que el 80 % por ciento vive en algún tipo de urbe. Igual ha sucedido en Brasil y por eso, no es casual que en Tokio los corinthianos hayan llevado un enorme cartel que dice: “Tokio, la favela está aquí”.  En el Perú, la nación Aliancista  se expresa y es parte sustantiva del Señor de los Milagros, la gastronomía Afro-Sino-Nikkei peruana, la música y la danza afroperuana y sus derivaciones, la nueva cumbia de los pueblos del norte y de la amazonía, la alegría popular y una actitud ante la vida en la que el Corazón, la vergüenza deportiva, el espíritu Guerrero se unen a la elegancia, la calidad, el fútbol con pausa, enjundia-alma, creatividad, toque, picardía, habilidad, pasión e inteligencia.
Paolo Guerrero es expresión de la identidad perdida del fútbol peruano que se sobrepone a dirigentes mediocres, cleptómanos (de largas y sucias uñas) que han hundido al fútbol peruano conduciéndolo al último lugar en la competencia entre países. Sin esos dirigentes de pacotilla el fútbol peruano tendría otro nivel, como el que tienen los aliancistas como Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y Claudio Pizarro que son exitosos cuando juegan en Clubes serios, organizados, competitivos, gerenciados y administrados por  personas decentes que seguramente buscan ganar dinero pero en forma bien habida y no haciendo uso de malas mañas como robarse la contabilidad entera de dos períodos de gestión -una década- del Club Alianza Lima a la vista y paciencia de socios, “dirigentes” (se ha pervertido la palabra dirigente) y autoridades que callan vergonzosamente.
Alianza Lima, la Nación Aliancista merece un mejor presente y un futuro de grandes éxitos. Tiene cómo hacerlo. Ello requiere liberarse definitivamente de todo aquello que lo aleja de la modernidad. Es necesario que Alianza Lima se construya sobre bases nuevas: democracia, transparencia, gerencia moderna, respeto mutuo,  búsqueda de la excelencia, competitividad que unidos a valores como la intimidad  (que no es complicidad en los antivalores), la solidaridad, el respeto mutuo, la tolerancia, la innovación, la creatividad y la habilidad, más un espíritu guerrero y luchador de un gran Corazón blanquiazul.
Alianza Lima es una de las grandes instituciones de la Cultura Popular peruana. Hay dos culturas aliancistas: la oficial de los que secuestran al Club cada cierto tiempo y la cultura popular  que ha sido relegada, olvidada y que es la convidada de piedra en los grandes acontecimientos. En un Club y en país verdaderamente democrático lo popular incluye a la gran Nación Blanquiazul como protagonista unida a las otros componentes de lo popular, el que liberado de los rezagos autoritarios, despóticos, de casta y a las mañas prebendalistas y patrimonialistas  de los pequeños caciques regionales y locales, podrá obtener grandes triunfos internacionales.
En la cultura blanquiazul hay decenas de héroes públicos y centenares de anónimos. Simultáneamente, millones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos sueñan con un Alianza Lima que se proyecta al Mundo luego de ser el mejor del Perú. Esa cultura blanquiazul que puede hablar del pasado con orgullo y en la que los aliancistas pueden verse reflejados, tiene que ser la verdadera protagonista, desplazando a los advenedizos que ven negociados y no negocios transparentes, que ven oportunismo en lugar de ver oportunidad, que son demagógicos y populistas en lugar de ser dialogantes, horizontales, respetuosos y tolerantes. Ellos deben abandonar en un Club popular sus taras premodernas: su racismo y espíritu de casta ocultos que evidencian cuando maltratan a los trabajadores, a los jugadores y al pueblo blanquiazul. Por ejemplo, hoy, todos los jugadores de AL han cobrado pero los trabajadores están tres meses impagos, organizando “polladas” para llevar un pan a sus hogares.
Paolo Guerrero es el ejemplo de lo que se puede lograr con educación, disciplina, valores y tenacidad. Atrás quedaron las infamias contra Guerrero de “periodistas” sucias que crecieron en lo peor del periodismo de los 90 y de humoristas malvados que caricaturizan en extremo y transfieren sus traumas y frustraciones a personas que pueden ser ejemplo para los niños y jóvenes.
Paolo Guerrero con la bandera peruana y con la blanquiazul antes del partido final y en la victoria final con la bandera rojiblanca, es una expresión, además, de que el ser humano es uno solo y que los nacionalismos del siglo XIX no pueden ir a contracorriente del mundo de hoy: ciudadanos del mundo en una Tierra cada vez más integrada, en el que las fronteras son espacios de comunicación y no de bloqueo, mundo en el que compite con valores, con juego limpio porque los pueblos tienen los mismos retos y los mismos obstáculos: superar la pobreza y derrotar las ideologías del fracaso que conducen a los pueblos a confrontaciones inútiles.
Corinthians la Fiesta del Pueblo en Brasil (30 millones de hinchas) y Alianza Lima (el Club más popular del Perú) y, también la Fiesta del Pueblo, han sido unidos por los goles de un Guerrero de sangre roja y blanca y de Corazón Blanquiazul.
Felicidades Nación Corinthiana han logrado la gloria mundial por segunda vez. Felicidades Paolo Guerrero. Mejor 2013 para la Nación Blanquiazul.
Alianza Lima merece más, mucho más.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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