Sudáfrica vibra a una semana del inicio del Mundial de fútbol
Estridentes vuvuzelas (trompetas largas utilizadas para alentar a su equipo) y un mar de camisetas amarillas moviéndose por las calles, son la imagen de la capital sudafricana a una semana del inicio del Mundial de fútbol.
sábado, 5 de junio de 2010 - 1007 vistas
Estridentes vuvuzelas (trompetas largas utilizadas para alentar a su equipo) y un mar de camisetas amarillas moviéndose por las calles, son la imagen de la capital sudafricana a una semana del inicio del Mundial de fútbol.
"¡Que suenen las vuvuzelas!", cantaba hoy en zulú Nomsa, una joven de 20 años que trabaja en el luminoso aeropuerto O.R.Tambo, la puerta de entrada a Johannesburgo.
Y, como si le hicieran caso, las trompetas se hacían sentir en los pasillos de la estación aérea, que soporta ya la llegada de delegaciones y fans de todo el mundo.
El aeropuerto es, quizás, el único sitio de la ciudad en el que el amarillo de los Bafana-Bafana no es mayoritario. Pierde ante los aviones que traen pasajeros ataviados con camisetas de Honduras, Italia, Argentina, Inglaterra, Francia, México, España y un largo etcétera.
Pero ya en la ciudad el ambiente es otro. Camareros, dependientes en tiendas, amas de casa, niños, vendedores ambulantes: buena parte de ellos lleva el amarillo de la selección sudafricana, que se enfrentará a un durísimo desafío, ya que sus tres rivales en el grupo A -México, Uruguay y Francia- son superiores.
"Tenemos un mejor entrenador que un año atrás en la Copa Confederaciones, pero será muy difícil", dice a DPA Ryan Wuest, ex arquero profesional.
Wuest, de 29 años, atajó en equipos de Sudáfrica y Chipre, y cree que Sudáfrica puede pasar a octavos y enfrentar a Argentina. ¿La clave? Que Francia "puede irse en la primera ronda".
Dependiente de una tienda de moda urbana, Wuest estará en la tarde del viernes 11 de junio en el estadio Soccer City, escenario del partido inaugural entre Sudáfrica y México.
Sigue abierta la incógnita, en cambio, de si el ex presidente sudafricano Nelson Mandela ocupará la butaca que tiene reservada.
"Madiba", el apodo con el que lo conocen los sudafricanos, fue clave para que Sudáfrica se convirtiera en 2004 en el primer país de África en ser elegido sede de un Mundial. Sin su carisma, sin esa impactante vida que enlazó su historia personal y la del país, difícilmente Sudáfrica atraería hoy la atención de todo el planeta.
El ex presidente recibió el jueves a la selección sudafricana y se tomo fotos con todos sus integrantes. No habló, y quizás eso permitió la confusión: mientras el Congreso Nacional Africano (ANC) dio a entender que el anciano líder irá al partido, su familia dijo que, a punto de cumplir 92 años, la salud de Mandela es "muy frágil", y que llevarlo en pleno invierno a un estadio no es lo más aconsejable.
La presencia o no de Mandela es una incógnita que persistirá probablemente hasta casi el inicio del partido. Para otros, en cambio, el Mundial ya es pasado.
Fue el caso hoy del marfileño Didier Drogba y del inglés Rio Ferdinand. El delantero se lesionó en un amistoso ante Japón, y el capitán inglés entrenando con sus compañeros en la concentración de Rustenburgo.
Con Drogba el Mundial pierde a una de las mayores estrellas africanas. Pero ya es tarde para lamentos, porque Sudáfrica 2010 está a la vuelta de la esquina, y las vuvuzelas, felices, suenan cada vez más fuerte.
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