(BBC Mundo).- La emergencia sanitaria que se expande por el mundo ha convertido a productos como las mascarillas, los respiradores y los ventiladores mecánicos en bienes escasos y muy codiciados, y cada vez son más las autoridades que reportan haber sido víctimas de prácticas legales, aunque no muy decorosas, que han dejado a sus ciudadanos sin los artículos que necesitaban para poder afrontar la pandemia.
"Esta mañana, sobre la pista [de aeropuerto] en China, un pedido francés fue comprado por estadounidenses con efectivo, y el avión, que debía venir a Francia, partió directamente a Estados Unidos", denunciaba el miércoles de la semana pasada Renaud Muselier, presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, en Russia Today.
El sábado, surgía una denuncia similar en Alemania y esta vez, apuntaba explícitamente al gobierno de EE.UU. Las autoridades del país europeo acusaron en un principio a Washington de "confiscar" en Tailandia un cargamento de 200.000 mascarillas comprado para la policía de Berlín.
"Consideramos que esto es un acto de piratería moderna. No se trata así a socios transatlánticos", dijo el ministro del Interior alemán, Andreas Geisel. "Incluso en tiempos de crisis global, no debería haber métodos del salvaje oeste. Insto al gobierno federal de Estados Unidos a cumplir con las normas internacionales".
La Casa Blanca rechaza que su país esté confiscando material fuera de su territorio ni entorpeciendo este tipo de operaciones.
De ahí el dilema del gobierno peruano respecto a mandar un avión a China a recoger sus compras: "España nos ha asegurado que no hay problema en que aterricemos en su aeropuerto y sigamos. Pero en el camino hay otros puntos, ¿y si me detengo en Turquía, qué va a pasar? Las reglas están cambiando muy rápidamente", le dice a BBC Mundo el ministro de Salud, Víctor Zamora.
Además, otras reglas de la economía de mercado, como la de vender al mejor postor o dar preferencia al cliente que más compra, siguen más que vigentes.
"Por la tecnología y por la cantidad que compramos, estamos últimos en la cola", asegura Zamora. "Porque nosotros compramos 100 ventiladores y otros países están comprando 100.000. Por volumen, no entramos con fuerza al mercado global. Somos un país pequeño".
Hasta el gigante de América Latina, Brasil, está teniendo problemas. La semana pasada, su gobierno "perdió" un pedido de productos médicos que había encargado a China. El vendedor, según informó el periódico brasileño O Globo, prefirió priorizar a EE.UU. por encima de Brasil, Francia y Canadá después de que los estadounidenses hicieran una adquisición mucho más grande.